Matemáticas en Montessori
Sin duda, una de las cosas que más asombran de las civilizaciones antiguas es la increíble destreza arquitectónica y astronómica que se encuentra manifestada en los restos que encontramos alrededor de todo el mundo. Los antiguos calendarios y mapas estelares que muestran una increíble precisión y obras monumentales como las pirámides de Egipto deslumbran de tal manera que terminamos por referirnos a ellas como “maravillas”. Tomamos por maravilloso el alcance y la precisión obtenida por estas civilizaciones en el conocimiento geométrico y de orientación espacial, nos parece increíble que el ser humano hubiera podido lograr un dominio sobre los elementos naturales que se equipare a los avances que la ciencia ha logrado hoy en día. Todo esto desafía nuestra concepción de ciencia y tecnología ya que consideramos que estas hazañas fueron logradas con la gran desventaja de no contar con las herramientas y los instrumentos de gran especialización que tenemos actualmente, sin embargo, este asombro es desmedido y, en gran parte, realmente se debe a una subestimación del mundo antiguo ya que comúnmente se olvida que todas las civilizaciones del mundo (Desde la más antigua hasta la más moderna) han contado con la principal herramienta que ha forjado el mundo como lo conocemos; la mente humana.
Desde el origen de la humanidad, ha existido un deseo natural por organizar, clasificar, categorizar y medir todo aquello que captan nuestros sentidos, un don innato por deducir el lenguaje de los entes abstractos que nos rodean. Esta capacidad y fascinación se puede observar en todos y cada uno de nosotros, y en el caso de los niños el método Montessori llama a esto la mente matemática. La Dra. Montessori (1949) menciona que “la mente del hombre es matemática por naturaleza”, a través del razonamiento de patrones lógicos y abstractos la mente matemática permite el entendimiento del mundo y el desarrollo de la imaginación y la creatividad, la mente matemática del niño comprende el lenguaje del universo y le otorga la capacidad de crear. Es por esta característica creadora que la mente matemática nos ha permitido moldear el mundo como lo conocemos, es posible que haya un factor cultural que ha producido una diversidad en la forma en la que nos referimos a estos elementos abstractos pero el principio deductivo es universal, dicho de otro modo, cada cultura ha nombrado y simbolizado los números de manera diferente pero todas las culturas han contado, sumado y restado cantidades. Si uno se familiariza con la mente matemática que María Montessori ha podido identificar en los niños, entonces todo el asombro que experimentamos inicialmente se queda de alguna manera vacío, ya que sabemos que es la misma mente matemática que vemos en los niños de hoy la que se ha encargado de organizar nuestro pensamiento e interacción con el ambiente a lo largo de la historia.
Entonces resulta imprescindible tener en cuenta que la mente lógico-matemática continua latente en cada individuo y con la guía adecuada puede contribuir a un desarrollo integral a lo largo de nuestras vidas. Las experiencia sensoriales que los niños plasman son la semilla de la abstracción, es la manera de comprenderse a sí mismo de cada ser. Cuando a un niño se le ofrece un ambiente que responde a sus periodos sensibles y sus tendencias naturales, tendrá la oportunidad de verse en nuevo plano de entendimiento, uno que nace de forma natural y se nutre del orden, la secuencia y la precisión.
La doctora Montessori evidencia cómo este progreso de abstracción se realiza con naturalidad en todos los instantes que los niños están trabajando, si bien los materiales colaboran y permiten medir con exactitud el trabajo, las propuestas de dialogo y creatividad estimulan y guían a circunstancias naturales que favorecen el desarrollo del pensamiento lógico-matemático como contar los botones, contar niños, contar los lápices o los libros en el momento de ordenar el ambiente. Montessori (1915) menciona que la iniciación a la aritmética se da mediante el aprendizaje de los números cuando se cuentan objetos y “la Vida Práctica ofrecen mil ocasiones de enseñarlos cuando decimos ‘faltan dos botones’, ‘necesitamos tres platos’, etc.”. La cantidad resulta ser infinita y dependerá de las habilidades que nosotros como guías logremos concretar y adquirir. Las áreas de Vida Práctica y Sensorial son el pilar sobre el que se construye el proceso de abstracción.
Durante el tiempo en casa de niños, los conceptos que se brindan al niño y la posibilidad de manipulación de materiales concretan una experiencia enriquecida. Cuando su chispa matemática florece por si sola es cuando nosotros como guías nos asombramos (Sin festejarlo ni evidenciarlo frente al niño) y nos deleitamos con el proceso de abstracción. Evidentemente, el proceso de abstracción se ve favorecido por la experimentación con los materiales adecuados y la interacción con el ambiente propicio, sin embargo, como Piaget (1964) menciona “Esta idea [de la abstracción] es exigida por una estructuración lógica, mucho más que por una experiencia y, en todo caso, no es debida únicamente a la experiencia”. Así como ocurre dentro de los ambientes, ya sean colegios, hogares para niños o en la casa que habita con sus progenitores, la seguridad e independencia que adquieren gracias a Vida Práctica consolidan el proceso lógico matemático con alegría y gusto.
Nuevamente, comprendemos la inmensa importancia que tiene el trabajo de la guía ya que no solamente está “guiando” el desarrollo del niño, sino que tiene la responsabilidad de utilizar el conocimiento que ha adquirido para proporcionar un ambiente ideal en el que las mentes de los niños puedan florecer, está en sus manos todo el potencial creador de la humanidad. La mente está preparada para dar grandes pasos, abrir nuevas puertas y dejar a los niños en su infinidad dentro del mundo.
LuLi
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS -
Montessori, M. (2014). El método de la pedagogía científica. Países Bajos. Montessori Pierson Publishing Company. (Trabajo original publicado en 1915). -
Montessori, M. (2015). La mente absorbente del niño. Países Bajos. Montessori-Pierson Publishing Company. (Trabajo original publicado en 1949).
Piaget, J. (1964). Seis estudios de psicología. Argentina. Editorial Siglo XXI Argentina.
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